viernes, 28 de noviembre de 2014

Cuarto Pronunciamiento por Ayotzinapa


EN RUTA HACIA LA DEPOSICION DEL MAL GOBIERNO
Muchas son las muestras de agotamiento del actual régimen socio-político y variadas las razones por las que debe ser remplazado ya. Se trata, en el fondo, de la inviabilidad de los fundamentos de las relaciones económico-políticas que siguen imponiéndose en nuestro país, es decir, del Poder del capital, de la conducción burguesa de la sociedad mexicana.
Una vez más se abre ante el pueblo mexicano la necesidad y la posibilidad de impulsar la construcción de una nueva y diferente conducción de México que tenga como rasgo básico que sea el mismo pueblo el que dirija su vida y sus destinos, pues de nuevo queda claro que ningún problema fundamental de la población será resuelto de manera verdadera y definitiva si no es mediante la subversión del actual sistema y su régimen.
Esta solución popular no es fácil ni sencilla. Aquella necesidad no tiene una realización automática. Deben crearse condiciones que la hagan viable y que de posibilidad se convierta en salida real. Esta viabilidad sólo puede ser forjada por el mismo pueblo hoy en rebeldía manifiesta. Sólo los padres de los compañeros desaparecidos y de los asesinados, sólo los miles de jóvenes hoy en pie de combate, sólo los trabajadores y el pueblo que, solidarizándose con Ayotzinapa, vuelca su deseo de reivindicar sus propios problemas y sus propios hartazgos, pueden hacer que aquella necesidad de un México sin dirección priista, sin conducción burguesa, se materialice. Si éstos aflojan su accionar combativo, si se doblegan ante los mendrugos que les tirará el gobierno con el dinero que, como salvavidas, le otorgó el Banco Mundial, si disminuyen en su determinación de ampliar esta resistencia a todo el territorio nacional y a los más diversos sectores de la población, aquella necesidad otra vez se ocultará a la espera de otros combatientes que vengan con mayores arrojos y decisiones a cumplir los mandatos reiterados de la historia.
Hasta ahora, y la movilización del 20 de noviembre dio muestras de ello, la actual resistencia, la firmeza de los padres, la combatividad de los participantes y su expresa decisión de pasar a una lucha más organizada y con una planificación eficaz, prometen que no se dejará pasar esta oportunidad histórica de enfrentar los problemas básicos y resolverlos para bien de la patria.
La respuesta que sigue configurándose en la filas de los destacamentos del pueblo mexicano que han asumido una resistencia combativa va forjando embriones de conciencia de todo lo anterior. Esto se materializa en que a la consigna-demanda “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” se está uniendo la de ¡Abajo Peña Nieto y todo su gabinete! Se confirma también en que se lanzan  llamados a concentrar y centralizar la resistencia, ahora en torno al primero de diciembre, y en que la inventiva juvenil (alegre, indócil e indómita) se posesiona cada vez más de la conducción de este proceso.    
Hay posibilidades para que se vayan forjando las condiciones para que esta todavía débil y desarticulada resistencia se convierta en un poderoso movimiento popular (lo que estaban a punto de lograr los muchachos rebeldes del 68) que se despliegue en un levantamiento popular civil pacífico, único recurso para que se alcancen las soluciones que el pueblo necesita.
La ruta que de manera objetiva parece estar contenida en la movilización del 20 de noviembre, lógicamente lleva a intensificar la movilización popular, llamando a todos los sectores oprimidos y explotados a incorporarse con toda determinación para derrocar a la élite gobernante con sus aparatos de control, de represión y de enajenación. El llamado hacia el 1 de diciembre parece contener el llamado a ir avanzando hacia la paralización del país, a la toma de todas las capitales de las entidades, especialmente la Ciudad de México, a cerrar simbólica o realmente los centros financieros, las grandes tiendas comerciales, a bajar el switch en cada hogar mexicano, a parar el transporte público; a no permitir que sesione el Congreso, hasta no lograr la deposición del mal gobierno. Esto deja patente ya que el Informe presidencial es una farsa, como aquella con la que Porfirio Díaz le mentía al país al decirle que no se reelegiría.
Pero para que esta ruta alcance firmeza y no esté fincada en voluntarismo sino en una auténtica y firme voluntad de llevarla a cabo, se necesitan varias condiciones.
La primera, la organización, sobre todo de la juventud que está en resistencia combativa. La ruta debe incluir un evento especial, un congreso o algo parecido, para conformar un espacio de aglutinación de esta juventud, de centralización, de articulación y sincronía, de debate permanente, profundo y de inmediato ejercicio práctico, de conformación de medios juveniles para comunicarse con todo el pueblo (que incluya brigadas por todo el país, la conformación de comités en todo el territorio nacional). Esta organización juvenil, cuyos contornos y especificidades estructurales debe resolver la misma juventud en resistencia combativa, debe ser el principal receptáculo que acumule la energía y la fuerza combativa de los más amplios sectores populares.
La segunda condición, una propuesta de formato para un congreso constituyente que conozca, discuta y resuelva un mapa de relaciones y de estructuras del México que remplazará al México secuestrado por la casta de multibillonarios. Para la elaboración de esta propuesta de formato, desde el seno de la juventud que está en resistencia combativa por Ayotzinapa, debe convocarse a una especie de conversatorio de mujeres y hombres progresistas y destacados del trabajo, de la cultura, del arte, de la ciencia, del cine, de la música, de los excluidos por preferencia sexual, de los sacerdotes que reivindican a la cristología de la liberación, de activistas revolucionarios, en fin, de la conciencia crítica del país. A este conversatorio debe invitarse a activistas revolucionarios o rebeldes del mundo, a pensadores progresistas. La juventud mexicana que está en resistencia combativa por Ayotzinapa cuenta con condiciones, con autoridad moral y con los medios (electrónicos sobre todo) para abrir la senda que haga realidad este encuentro de afianzamiento programático de la actual resistencia.
Tercera, junto con el activismo político y al lado de la movilización y la comunicación agitadora y de orientación, debe abrirse un sostenido proceso de debate de los más altos vuelos sobre las perspectivas y proyecciones de esta nueva oleada de resistencia combativa. Los padres de los normalistas desaparecidos y de los asesinados deben ser actores principales en esta reflexión, y deben fortalecer la comprensión del contenido y el sentido histórico de lo que se ha abierto por la tragedia de la desaparición forzada de sus hijos. ¿Van a detener su rabia y su participación ante los mendrugos que ya les lanza y les lanzará el Gobierno con el dinero que llegó de Estados Unidos? Cuando regresen vivos los 43 compañeros ¿les van a sacar de la Normal, les van a decir que abandonen la lucha? Ellos mismos ¿se van a cansar como los vejetes que mal gobiernan? Las doce monedas del diablo que de formas diversas (vía la chayo Robles o meretrices de esta calaña) les entregará Peña Nieto ¿les traerán satisfacción a sus dolores, humillaciones y ofensas propinadas por esos mismos que tratan de comprar sus conciencias?
Cuarto, es necesario dar forma más precisa y eficaz a la solidaridad internacional, sobre todo con la presencia en México de grandes personalidades del mundo progresista, de organizaciones de impulso a los derechos humanos, para lo cual debe convocarse, con fecha precisa, a un evento de estancia solidaria extranjera en la capital de la República. Un comité de destacadas personalidades y dirigentes del mundo universitario, de la cultura, y de organizaciones civiles mexicanas, podría ponerse al frente de la organización de este magno evento.  
   ¡¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!! ¡¡Abajo Peña Nieto y todo su mal gobierno!!
                                                            Núcleo Central de Dirección
                                                                                                                          21-22 de noviembre de 2014